En la inmensa arena del saber,
donde la ciencia y el futuro converger,
surge el tema, profundo cual mar,
El Impacto Profundo en el Empleo, un altar.
Un dromedario en esta fábula narrar,
símbolo de adaptación sin igual,
llamado «El Impacto», por andar,
en la Inteligencia Artificial, su lar.
Camina entre cables y algoritmos,
sorteando los tradicionales abismos,
donde el trabajo humano reinaba,
y ahora la IA su lugar hallaba.
Perspectivas del FMI invoca,
para entender la era que se avecina y toca;
una transición de empleos a crear,
y de habilidades que hay que adaptar.
El Impacto, con su joroba carga,
no agua, mas datos de esperanza larga,
ve cómo la IA en industrias penetra,
y cómo la economía se reestructura.
Un paso en las arenas del tiempo,
la IA transforma cada segmento:
tareas repetitivas ahora obsoletas,
mientras empuja hacia metas más inquietas.
La IA en salud y educación,
mejorando accesibilidad con su visión,
pero también la preocupación esparce,
de que el trabajo humano escase.
El desafío, grande como el Sahara,
es la redistribución, rica en guirnaldas,
de recursos, de empleo, de formación,
para que el impacto no sea devastación.
El Impacto, dromedario preclaro,
nos enseña que no está todo aclarado;
pero avanzar con ética y cuidado,
puede hacer del futuro un aliado.
Bajo el sol inclemente de un mundo cambiante,
las predicciones del FMI son una fuente constante,
para entender cómo la IA nos afecta en el presente,
y cómo prepararnos para un mañana prudente.
Así El Impacto deja su huella etérea,
en las dunas de un mercado laboral en esfera.
Nos invita a reflexionar, aprender y cambiar,
pues la Inteligencia Artificial viene para transformar.